sábado, 5 de febrero de 2011

EL CULEBRÓN


Mucha gente en el campo dice, haber escuchado de gente, que ha visto a este animal casi mitológico, me refiero al culebrón, la mayoría de las historias apuntan a una culebra ancha y no muy larga, con una cabeza del porte de la de un gato, que se endereza como las cobras, con ojos amenazadores.

Mi bisabuela me contaba que en el campo, andaban de paseo donde unos familiares, junto con ellos había mucha gente de visita. Era un día de verano en Carrizal, cerca del año 1940.

Estuvieron en la casa, conversaron, comieron y después decidieron los más jóvenes en la tarde ir a un río cercano a refrescarse, el camino bordeaba el cerro a una mediana altura, más abajo habían unas tierras planas a las faldas del monte, donde habían trabajadores aporcando papas, el primer lote de gente iba en la carreta y mi bisabuela iba más atrás, ella iba lo más bien cuando escuchó unos gritos tremendos y un relinchar de caballos que venían de la carreta, que los llevaba por delante, los de la carreta dieron la vuelta muy asustados, la gente que iba más atrás, apuró la marcha para encontrarles y cuando se juntaron les preguntaron que había sucedido, contaron muy asustados, sobre todo las mujeres, que habían visto al culebrón; Narrando histéricas que tenía unos ojos penetrantes al frente, cabeza con forma de gato o de ese porte, grueso de cuerpo, pero no largo, lleno de escamas. Este había salido y se había escondido en una gran piedra que había al costado del camino.


Se volvieron todos a la casa y contándole lo ocurrido al dueño del fundo de apellido Salazar, éste dijo, que no era primera vez que en esa piedra aparecía el culebrón, exclamó con voz fuerte ¡me tiene cansado! Mandó a buscar dos yuntas de bueyes para sacar la roca, paró la faena de las papas y mandó a los trabajadores a esta nueva misión.

Por el gran peso de la roca no fue una tarea fácil, sino que llevó varias horas, dicha tarea se realizó de la siguiente forma: amarraron la piedra con cadenas, tirándolas con dos yuntas de bueyes, hasta que esta salió de cuajo, debajo de la piedra había un Yepo, (como un nido de culebras) donde habían muchos de estos reptiles, una encima de otra, de todos portes. Los trabajadores al ver esta escena, comenzaron a darles muerte con palas, pero al culebrón no lo encontraron, sólo un gran hoyo en la tierra que trataron de seguir, pero se extendía muchos metros en las profundidades de la tierra, excavando con miedo, hasta que el túnel se les derrumbó.

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