Villa Alegre es una calle cercana al centro de la comuna en donde siempre se ha desarrollado el comercio, desembarco de todo lo que ofrece nuestro campo, donde los habitantes del sector rural transitaban y transitan actualmente, pero antiguamente con mayor frecuencia, aunque había gente que jamás bajó al pueblo, mas sólo cuando la enterraban.
La cotidianeidad de bajar del cerro, vender los productos, viéndose con dinero en los bolsillos, llevaba a muchos a caer en la tentación de bares y cantinas, que proliferaban en el sector, estos se tomaban sus tragos, además de comprar víveres o demás cosas necesarias en el cerro, cosas que llevaban en carreta o a caballo. Cuando un día a quienes se les hacía tarde en las tareas o rutina que he descrito, se les empezó a aparecer una ánima, fantasma o aparición, la gente que no venía bien por el trago, se asustaba mucho al ver esto en las penumbras, salían arrancando en su mayoría dejando todo botado, hasta que un valiente le hizo frente, dándole unos palos al ánima, gran sorpresa se llevó, descubrió que no era una aparición, sino una mujer que se colocaba una sabana blanca para asustarles y sacarles los víveres a los asustadizos.
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